jueves, 27 de marzo de 2008

Canarias no recicla agua


Según el catedrático de la Universidad de La Laguna, Federico Aguilera Klink, las autoridades canarias “han hecho una nefasta gestión del agua”. En la actualidad se pierde el 20% del agua de abasto en el transporte y la depuración es prácticamente testimonial.
Además, el reciclaje del agua es escaso, en la mayor parte de los casos el agua de las viviendas va directamente al mar, con las graves consecuencias medioambientales que esto tiene.
La principal vía de solución encontrada por el Gobierno de Canarias, es incrementar en las islas las infraestructuras para la desalación. Esto genera problemas añadidos, pues cada 1.000 litros de agua desalada requieren un kilogramo de fuel con la consecuente emisión de CO2 y el gasto desorbitado debido al aumento del precio del petróleo.
Ante este problema, el Estado se plantea aumentar el reciclaje mediante alguna normativa específica. En Canarias, la única isla que tiene implantado un gran sistema de depuración y reciclaje de agua es Tenerife y sólo recicla un 5%. En Gran Canaria existe un sistema similar, pero con menor implantación por lo que es probable que no se alcance la cifra global de reciclado del 1%. Es decir, se desala agua a un alto coste para, luego, tirarla al mar sin darle un segundo uso.
El ejemplo de Tenerife es que el agua de los núcleos de Santa Cruz y La Laguna se trata en la depuradora de la capital y se envía a los campos del sur de la isla a través de una gran tubería.
La empresa pública Balsas de Tenerife, dependiente del Cabildo de Tenerife, insiste en que depurar tiene un coste cuatro veces inferior a la desalación, “eso sin contar con los costes y ventajas medioambientales”. El gerente de la empresa, Escolástico Aguiar recuerda que, en la isla de Tenerife con un millón de habitantes, “sólo una tercera parte de la población depura su agua y tiene alcantarillado”.
Por su parte el catedrático Aguilera Klink recuerda que “se podría reciclar toda el agua que entra”. Para cumplir con la ley se “tendría que depurar mucho más de lo que se está haciendo”. A esto habría que añadir que las empresas responsables informen de las pérdidas de agua en el transporte, que se busquen sistemas para evitarlas así como implantar la fontanería eficiente en las casas para reducir el consumo.


(La Opinión, diciembre de 2007)

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